jueves, 25 de octubre de 2012



La tarde del 16 de julio de 2011 no imaginé que encontraría al hombre más importante de mi vida: TÚ. 

Ni siquiera iba preparada para el encuentro. ¿Qué probabilidades había de hallarte ahí? Y de la nada, ¡ZAZ!, apareciste, luminoso y atrayente como el ángel que eres. Una sola mirada me bastó para quedar anclada a ti. Desde lo más profundo de tu ser hasta lo más banal me gusta. Posees un corazón de oro, una alma pura y unos valores inquebrantables con los cuales estaría dispuesta a comprometerme eternamente. Mientras más te conozco más me hipnotizas. 

Ojalá Dios me dé la oportunidad de decirte, algún día, lo especial que eres para mí. Marcaste la diferencia en mi vida. Y aún hoy lo sigues haciendo.

Entraste a mi vida con el objetivo claro de hacerme sentir feliz. ¡GRACIAS! Pues si hoy sonrío créeme cuando te digo que se debe a ti. Y que cada sincera sonrisa que dibuje llevará tu nombre.  


¡TE QUIERO! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario